miércoles, 3 de julio de 2013

El Limbo de los Billetes


¿Donde van los billetes perdidos? ¿a que lugar llegan aquellos que extravías?
Cierto sitio tras unos arboles, después de pasar unos matorrales acoge los billetes que la gente pierde. Todos ellos tienden por inercia innata a llegar hasta ese sitio de lo mas normal. No son las corrientes de aire, no son fuerzas electromagnéticas ni oscuros deseos de dioses arcaicos. No son estratagemas de los señores de las finanzas, no, no es nada de eso.
La gente no sabe sobre esto, creen que los billetes que pierden se los encuentran otras gentes, quizás mas afortunados que ellos. En esos casos, son los billetes los que sienten un pena enorme pues mientras luchan por llegar al sitio al que por naturaleza tienden, son interceptados por algún hombre que celebra su dicha.
La gente no sabe nada sobre esto, pero es una verdad patente en la naturaleza, desde las grandes migraciones animales, ya sea por los cielos, sea por los océanos o los vastos territorios, hasta este movimiento inducido por el corazón y el sentimiento de comunidad de los billetes.
El legado e influencia animal insufla la fuerza necesaria para emprender ese camino. Aunque es justo reconocer que no son comportamientos idénticos, los billetes no entienden de jerarquía, una vez juntos gustan de retorcerse y amontonarse formando una gran amalgama de papel moneda mientras orbitan a su alrededor, movidos por el viento, otros billetes más.
Es así como encuentran la recompensa a su largo viaje, viaje que no termina hasta que se sienten juntos. Viaje que puede ser interrumpido una y mil veces y viaje que la mayoría no llega a emprender. Cierto sitio tras atravesar unos arboles, detrás de unos arbustos.