miércoles, 3 de julio de 2013

El Limbo de los Billetes


¿Donde van los billetes perdidos? ¿a que lugar llegan aquellos que extravías?
Cierto sitio tras unos arboles, después de pasar unos matorrales acoge los billetes que la gente pierde. Todos ellos tienden por inercia innata a llegar hasta ese sitio de lo mas normal. No son las corrientes de aire, no son fuerzas electromagnéticas ni oscuros deseos de dioses arcaicos. No son estratagemas de los señores de las finanzas, no, no es nada de eso.
La gente no sabe sobre esto, creen que los billetes que pierden se los encuentran otras gentes, quizás mas afortunados que ellos. En esos casos, son los billetes los que sienten un pena enorme pues mientras luchan por llegar al sitio al que por naturaleza tienden, son interceptados por algún hombre que celebra su dicha.
La gente no sabe nada sobre esto, pero es una verdad patente en la naturaleza, desde las grandes migraciones animales, ya sea por los cielos, sea por los océanos o los vastos territorios, hasta este movimiento inducido por el corazón y el sentimiento de comunidad de los billetes.
El legado e influencia animal insufla la fuerza necesaria para emprender ese camino. Aunque es justo reconocer que no son comportamientos idénticos, los billetes no entienden de jerarquía, una vez juntos gustan de retorcerse y amontonarse formando una gran amalgama de papel moneda mientras orbitan a su alrededor, movidos por el viento, otros billetes más.
Es así como encuentran la recompensa a su largo viaje, viaje que no termina hasta que se sienten juntos. Viaje que puede ser interrumpido una y mil veces y viaje que la mayoría no llega a emprender. Cierto sitio tras atravesar unos arboles, detrás de unos arbustos.

martes, 18 de junio de 2013

Un Poderoso Veneno


Un veneno, contenido en un frasco de cristal, un frasco tallado con los mas hermosos detalles. Objeto del pasado. Un poderoso veneno se muestra ante mi.
Su color oscuro, cambia con el sol y se muestra verdoso. Un veneno, en un precioso frasco se ha topado en mi camino mientras caminaba por la mañana. Lo bebo, no pienso, lo bebo. A la luz del sol lo bebo. Un poderoso veneno. Lo acepto, nada mas quiero saber, solo beberlo quiero, lo bebo.
Un veneno mortal ha aparecido en mi camino y me ha salvado, ha hecho de este día un día especial. Lo que parecía iba a ser tiempo perdido, desperdiciado, se ha convertido en un regalo divino.
Un precioso veneno que expuesto al sol cambia de color y cuyo frasco representa todo a lo que un joven como yo puede aspirar. Oh,un veneno encantado se ha topado conmigo y me ha traído la redención.

Un Corazón de Hierro


Un corazón de hierro en el medio del bosque. Parece ser que alguien lo construyó y no puedo imaginar como ha acabado aquí. Una pieza misteriosa, sofisticada y humilde por igual, parece que en algún momento debió funcionar. Reposa entre la hierba, a la sombra de los arboles. No brilla, simplemente topé con él mientras caminaba, dudaba si cogerlo o no, me decidí a examinarlo.
Me agacho y abro mi mano para atrapar la pieza, goza de un extraño magnetismo, cada vez estoy mas convencido de que antaño cumplió con su función y que ahora, en mayor o menor medida sigue haciéndolo al ponerse en mi camino.
No esta oxidado, mantiene su tonalidad inicial(o eso creo). Me resulta un tanto ambiguo pues por un lado parece un objeto muy poderoso y de gran importancia, pero por otra parte está indefenso y solo en este bosque. Confío en él, no pienso que me este tendiendo una trampa o seduciéndome escondiendo malvadas intenciones, al contrario, mi atracción por él es natural, influida por su misterio y su sencillez, por el carácter único de su forma y composición, por su manera de yacer entre la hierba.
No puede ser una trampa, he mirado mas allá y no he encontrado motivos para dudar. Vuelvo a fijar mi mirada en él mientras me pregunto que debería hacer con semejante descubrimiento.

martes, 11 de junio de 2013

chico-pantera

 
Buscando mi balón entre las ramas, me di cuenta de cuan pesado era, no conseguiría llegar hasta lo alto pues las ramas allí son mas frágiles. No supe que hacer, en ningún caso renunciaría a marcharme sin mi balón -Mierda- pensé -tendré que volver a casa sin mi balón. Fue entonces cuando me propuse bajar de peso y convertirme en un ser rápido y ágil. Fui seducido por la habilidad que tienen las panteras para moverse entre los arboles. Poco a poco fui adquiriendo las capacidades necesarias para moverme con soltura entre el entramado arbóreo. A medida que mi peso descendía, mi ligereza me permitía saltar y colgarme a placer. Más tarde pinté mi cuerpo de negro, deje de ser un chico y me convertí en pantera. Ahora ya nada existe, todo lo que conocí fue olvidado, ahora solo estamos los arboles y yo. Ya no recuerdo a mi familia, ya no reconozco mi nombre.