Buscando mi balón entre las ramas,
me di cuenta de cuan pesado era, no conseguiría llegar hasta lo alto pues las
ramas allí son mas frágiles. No supe que hacer, en ningún caso renunciaría a
marcharme sin mi balón -Mierda- pensé -tendré que volver a casa sin mi balón.
Fue entonces cuando me propuse bajar de peso y convertirme en un ser rápido y
ágil. Fui seducido por la habilidad que tienen las panteras para moverse entre
los arboles. Poco a poco fui adquiriendo las capacidades necesarias para
moverme con soltura entre el entramado arbóreo. A medida que mi peso descendía,
mi ligereza me permitía saltar y colgarme a placer. Más tarde pinté mi cuerpo de negro, deje de ser un chico y me convertí en pantera. Ahora ya
nada existe, todo lo que conocí fue olvidado, ahora solo estamos los arboles y yo.
Ya no recuerdo a mi familia, ya no reconozco mi nombre.
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